Por Mtro. Isaac Silva
Durante mucho tiempo, se consideró a los mexicanos como mano de obra para los países poderosos y sus corporaciones, la corrupción y el atropello a nuestros derechos era la única realidad que debíamos aceptar. Sin embargo, la decisión histórica que tomamos la mayoría de los mexicanos en las elecciones presidenciales del 2018 está dando frutos y van encaminados hacia la consolidación de nuestra soberanía y el desarrollo del país.
Por generaciones, los grupos conservadores mantuvieron al país en el servilismo y la subordinación ante influencias externas, permitiendo el saqueo y el rezago en el desarrollo, a cambio de privilegios y enriquecimiento. Sin embargo, en la actualidad México ha reforzado su soberanía, el presidente Andrés Manuel López Obrador representa con dignidad y valentía la postura de la mayoría de los mexicanos de lograr autonomía en cada una de las dimensiones del estado, con miras a elevar la calidad de vida de todos, particularmente de los más vulnerables.
Es cierto que hemos enfrentado retos enormes, pero salimos adelante gracias a la fuerza de nuestra voluntad como nación y nuestra convicción de que el bienestar del pueblo es lo más importante.
Durante estos años de verdadera transformación, la mayoría de los mexicanos hemos sido parte de la lucha contra la corrupción y la impunidad, hemos observado la implementación de programas sociales para impulsar el desarrollo y apoyar a los que más necesitan, la defensa de la soberanía de nuestro país, el sólido avance rumbo a la autonomía energética y la colocación de México – primer trimestre del 2023 – en el top 10 de países con mayor atracción de inversión extranjera gracias su solidez económica, estabilidad y confiabilidad; ni la terrible pandemia por COVID 19, las amenazas externas, ni mucho menos el cada vez más evidenciado y dividido grupo de conservadores que añoran los privilegios, han frenado el avance de la profunda transformación que estamos construyendo.
Naturalmente la tarea no está completa, hay mucho por hacer para lograr la verdadera justicia social que el pueblo merece. Es por eso que los ciudadanos debemos evaluar la importancia de continuar con el proyecto soberanista que está elevando al país a escenarios de protagonismo y relevancia.
En este sentido, podemos sintetizar algunos elementos básicos necesarios que debe poseer el perfil que se proponga continuar la transformación:
- Es necesario que el perfil tenga una clara visión de lo que nuestro país necesita y de cómo lograrlo. Con la capacidad de escuchar a la gente y trabajar con ella para encontrar soluciones, con el compromiso de dar pasos hacia adelante en relación a la soberanía del país y no hacia atrás al servilismo.
- Se debe tratar de una persona con altos valores, honesta y transparente. Que no tenga antecedentes cuestionables ni conexiones con entes nacionales o extranjeros que pongan en riesgo su integridad o su capacidad de gobernar con justicia.
- Debe poseer un profundo compromiso con la justicia social, con un historial comprobado de lucha por los derechos humanos y de apoyo a los más vulnerables.
- Es fundamental que cuente con experiencia comprobada en la gestión pública y posea una sólida comprensión de las complejas dimensiones políticas, sociales, de salud, económicas, tecnológicas, ambientales e internacionales que intervienen en la toma de decisiones para la consolidación de la soberanía y el bienestar del país. Siendo capaz de gobernar con integridad, sensibilidad y sentido común frente a los desafíos actuales y futuros.
- Que posea una perspectiva positiva sobre la igualdad de género y que comprenda la importancia de promoverla en todas las esferas de la sociedad. Con un compromiso firme y activo en la lucha contra la violencia y discriminación hacia las mujeres y otros grupos vulnerables.
Finalmente puntualizar que los ciudadanos tenemos el poder en nuestras manos para decidir qué país queremos para nosotros, nuestros hijos y las futuras generaciones, si deseamos regresar a un conservadurismo que saquea, miente y se somete a la voluntad de otros países y organizaciones predadoras, o queremos una nación con mayor capacidad de decisión y autonomía para encontrar soluciones a los desafíos actuales y futuros, que avanza en desarrollo y bienestar con una gestión responsable y sostenible de los recursos, y una cooperación constructiva – no de sumisión – con otras naciones y organismos internacionales.
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