Por José Guadalupe Bermúdez Olivares
Habría dicho Eduardo Galeano: “Me preocupa ver a los pobres defendiendo a los ricos, cuando la mayoría de ellos son los responsables de la pobreza en que viven”, ¿y quienes son esos ricos que logran mover a ingenuos a su favor?
En la presente contienda electoral encontramos un problema de conciencia, en muchos de los casos, especialmente cuando vemos a personas cuyos ingresos salariales, si es que tienen, son de los más bajos, que defienden a su opresor, como sucedía en los mejores años del PRI, cuando muchos estaban decididos a matarse por defender a su líder que les trataba como animales. El ejemplo más cercano que puede ejemplificarse fueron las manifestaciones de algunos cientos de personas que ganan el mínimo, que salían a la calle a defender a los que ganan 700 mil pesos, es decir, los que ganan de 6 a 8 mil pesos, defendiendo a quienes han estado en contra de sus derechos y su salario es una ofensa. Increíble pero cierto.
Este problema de la conciencia puede explicarse desde varios ángulos, desde la psicología y desde la filosofía. La explicación de los «fenómenos psicológicos conscientes» o de la «conciencia» dice José Ingenieros, se vincula tanto con problemas filosóficos (que hoy llamaríamos «filosofía de la mente») como problemas psicológicos. Freire, por ejemplo, un filósofo importante del siglo XX reflexiona sobre lo que provoca una educación bancaria al formar sujetos que actúan sin una reflexión crítica de la realidad, condicionados por la ideología, la creencia religiosa y los intereses económicos que no son de él, sino de otros. La conciencia del sujeto la divide en conciencia ingenua, conciencia mágica y conciencia crítica.
Siguiendo a Freire, la conciencia se refiere a “estar en el mundo”, como ser inacabado y diferente a las otras especies animales, para entenderse como sujeto en relación con los otros y consigo mismo, se afirma como persona única, irrepetible y diferente, por su indetidad y su actuar va a depender de esa conciencia que tiene, con voz propia o sujeto manipulado. El fanatismo es una expresión de la conciencia ingenua, un ingenuo se cree superior a los demás, se juzga libre para juzgar lo que le agrada, en la mayoría de los casos con irracionalidad. Sus expresiones son tan ingenuas que no se interesa por conocer de las causas y saber de las raíces profundas, solo se explica a sí mismo de manera fantástica, religiosa o mágica.
Si volteamos a ver a los aspirantes a un puesto de elección popular, presidente o senador hasta hoy, vamos a tener ejemplos de sobra para explicar esa ingenuidad, como la de muchos argentinos que votaron por un empresario ajeno a los intereses de sus votantes, incluso que con su discurso les decía abiertamente el destrozo que haría a su nación y a su vida. En el caso de México, los 2 principales proyectos de nación los encabeza, por un lado una persona científica, humanista y de gran respeto por su caminar ético a favor de su pueblo, por el otro se tiene a una persona que representa a los empresarios más deshumanizados del país; estos representantes Sheinbaum y Galvez, se enfrentarán en cada espacio, siendo así, los más ingenuos quedarán en el PRI-PAN-PRD, aunque no todos son ingenuos, hay un grupo de vividores que tratarán de lideraer a un sector que por su posición en la economía, se consideran “clase media”, propios de la conciencia mágica delimitada por Freire, así tendremos los 3 niveles de concliencia en un proceso electoral. La conciencia crítica estará en Morena.
0 comentarios