José Guadalupe Bermúdez Olivares
La contienda electoral que recién vivenciamos deja claridad de lo que somos y lo que pensamos, para mi análisis utilizaré 2 mensajes que leí a pocas horas después de conocer los resultados, uno es de un partidario de la derecha y el otro es de izquierda.
El primero dice: “Me duele México, es increíble cómo los ignorantes, holgazanes y mantenidos han decidido sobre quién gobernará el país, hemos caído muy bajo; en lugar de poner a trabajar a esos que reciben pensión para que se ganen lo que comen, les incrementan”, el segundo dice: “En el 2018 votamos por AMLO porque teníamos esperanza de enderezar este país, de no seguir con lo mismo que implantó el PRI y el PAN: corrupción, pobreza, desigualdad, impunidad y demás cosas. Lo que no pudo cumplir el presidente es porque se lo impidió el poder judicial, quien se encargó de liberar a los delincuentes y de protegerlos. Este 2 de junio 2024, millones votamos para poder arreglar eso que nos falta, desde ahora los jueces y magistrados pueden preocuparse, ya no serán los protectores de los delincuentes. La justicia llegará.”
Conozco a quienes suscribieron esos mensajes en las redes, el primero es un docente universitario que previo a la jornada llamaba a votar por la derecha bajo el argumento que los socialistas llegarían al poder y entonces le quitarían la mitad del salario a quienes trabajan para dárselo a los holgazanes y que además cerrarían las iglesias y a quien tiene casa se la quitarían. Era evidente el odio y la mentira.
El segundo escribía previamente que no había que creer a la derecha quien ha votado en en contra de las pensiones a los adultos mayores y de todo programa social, pero que ahora se llaman defensores y prometen ampliar el grupo de edad a los pensionados, decía esta persona que lo que hace caminar al mundo es el amor por los demás, que el odio no debe ser utilizado para transformar este país. Esta persona es docente de bachillerato.
El contenido de los mensajes se explica sencillamente si buscamos lo que han ganado o perdido en la administración de Andrés Manuel López Obrador o cómo se consideran en el estatus económico, pero es mejor explicarlo a partir de los efectos del pensamiento neoliberal.
Empiezo por decir que durante muchos años se nos ha metido en la cabeza que vale más quien tiene más o quien tiene un mejor salario; que quien logra una carrera, aunque sea “patito” está por encima de quien no pudo graduarse porque tenía que trabajar para aportar en su familia; que la meritocracia, o lo que es igual, hacer méritos con un superior, te llevaría a estar por encima de los demás. En todo esto hay una ideología que al adoptarse se ve natural la corrupción, el robo y el saqueo.
Pese a las consecuencias terribles que, a lo largo de cuatro décadas, ha tenido la implantación y desarrollo del modelo político-económico-social del neoliberalismo, sigue presente en el pensamiento de millones, para quienes es natural que los que menos tienen es por su culpa y si se mueren será bueno para la humanidad; que quien llega a un puesto de gobierno, si no roba es por tonto; o incluso que si quieren cortar el bosque, acabar con el agua, lo pueden hacer y no debe haber leyes que los detengan, porque eso es libertad. Y así proclaman su libertad individual sin importar los demás, en su pensar pueden acabarse este mundo que es de todos. Por eso defienden a todos los cárteles inmobiliarios, a los “malosos” porque hacen lo que quieren, a los que roban el agua del lago de Pátzcuaro sin importar si se agota.
El neoliberalismo como discurso es hegemónico en la derecha, con efectos omnipresentes en las maneras de pensar y en las prácticas político-económicas, hasta el punto de que forma parte del sentido común con el que interpretan, viven y comprenden el mundo. Si sólo tratamos al neoliberalismo como un conjunto de políticas, o como una mistificación de ciertos imperativos del capital, perderemos la medida en que ha traído consigo nuevos tipos de sujetos, nuevas formas de subjetividad y nuevas relaciones sociales.
¿Te imaginas que tu hijo lo esté formando un docente universitario con su pensamiento neoliberal? Pobre México. Me dueles México.
Lo mejor es que un alto porcentaje de docentes universitarios va dejando esa filosofía neoliberal.
0 comentarios