Dra. Maribel Ríos Granados
La importancia de la identidad definitivamente no esta en el concepto, en la definición, en lo que determinan los teóricos o los autores.
La identidad debe ser comprendida y conceptualizada por cada ser humano, pues será él mismo el que determine el alcance de este valioso concepto en su pasado presente y futuro.
Tenemos que tener presente que es muy fácil definir nuestra propia identidad personal , pues es con lo que nos identificamos, lo que desde el nacimiento forma parte de nuestra personalidad, de nuestra historia de nuestras creencias.
La identidad cultural, además, puede abarcar escenarios más amplios que nuestra familia nuclear o ampliada, y permite incorporar otros elementos definitivos y definitorios de nuestro ser, las tradiciones, las costumbres, los arraigos, los escenarios geográficos, el clima entre otros muchos que también definen quienes somos, de donde venimos y muchas veces hacia donde vamos.
Interrogantes como ¿Quién soy?, ¿De dónde vengo?, ¿Cuáles son mis raíces?, porqué me gusta esta música?, esta comida, ¿estos olores, sabores y sensaciones?, porqué siento que me mueven y me mueven las emociones ciertas historias, relatos o leyendas del lugar en que nací, en el que creí o en el que vivo, pues porque hay una conexión mágica con estos lugares, a eso yo le llamo identidad.
La identidad, desde mi percepción es como el negativo de una fotografía en nuestra propia vida. Es lo que existe y nos define, pero no se ve, no se toca, apenas se percibe, pero ahí está.
Por eso es importante hablar de ella, sentirla, compartirla, que los demás sepan quienes somos a partir de lo que nos define, a partir de nuestras conexiones emocionales, culturales y cognitivas.
Desde planos muy altos compartimos identidad con miles de seres humanos, en lo nacional se empiezan a delinear las especificaciones que nos caracterizan como mexicanos, pero si poco a poco bajamos nuestro plano, entonces encontraremos la magia de nuestras costumbres y tradiciones como Michoacanos, y más específicamente podría yo hablar de mi identidad como Uruapense y defender la belleza del Parque Nacional o de la Tzararacua, y ya en mi ciudad de nacimiento, podría identificarme con la colonia en la que nací, y al analizar la familia de la que provengo, volveré a volar por otras identidades que me marcaron y me forjaron, el pueblo de mi padre y de mi madre y todas sus herencias culturales.
De esta forma la identidad es una gran fuerza, un detonante que nos impulsa, una estructura mental que se puede defender o se puede adaptar a los contextos y tal vez carecer de importancia, todo depende de la importancia del análisis que realicemos
Al final en un rango medio y sin extremos peligrosos, nada es bueno o malo, nos construimos cada día y a cada momento, cambiamos en razón de las circunstancias y las condiciones, o permanecemos firmes a nuestras ideologías, todo depende de tantas cosas, incluso de nuestra genética, nuestro contexto y nuestra cultura que siempre estarán actuando en nuestros pensamientos, comportamientos y decisiones
Pero sin duda el conocimiento minimiza incertidumbres, genera confianza de nuevos saberes, nos permite adaptarnos a nuevas realidades y orienta en la construcción de una vida más plena y más consciente, por ello considero que la identidad es el reflejo de nuestra personalidad, carácter y prospectiva.
Julio 24 de 2025
Consejo de Ciencia y Academia de Michoacán.
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